jueves, 26 de enero de 2017

Torneos femeninos, una nueva experiencia

Por fin empezamos a jugar de verdad, y enfrentarnos a otros equipos. Me gusta mucho la costumbre de que, cuando un equipo es más débil que otro, o no tiene suficientes jugadoras, el equipo más potente le presta jugadoras, para que el torneo se pueda desarrollar.

En el torneo de la Autónoma no ha podido venir la compañera que suele tirar las patadas, y me han pedido que lo haga yo. Me gusta que cuenten conmigo para esto. Pero me he sentido un desastre, porque algunas de las patadas se tienen que hacer en movimiento, botando el balón que por su peculiar forma, bota muy raro. Así que en el primer rato libre me he ido a un campo cerca de casa a practicar patadas. La próxima vez lo haré mejor, ya que se mejora mucho con la práctica.

La investigación de matemáticas del BI la estoy haciendo sobre las patadas de rugby en las olimpiadas de Río. Analizo las patadas de los equipos del torneo femenino. Con eso también puedo aprender mucho sobre las patadas de transformación: lo que va indicando la investigación es que tiene mucha relación con el ángulo desde el que se tira, además de la potencia.


Jugamos otro torneo en la Complutense, en el campo que llaman Central. Esta vez era un torneo más pequeño (sólo tres equipos) y algunos equipos no tenían suficientes jugadoras. Yo me he prestado a otro equipo y de esa forma he jugado más y aprendido a jugar mejor a seven, que es la modalidad que jugamos cuando no somos suficientes (se juega con la mitad de jugadoras que el rugby XV). Creo que ha sido una buena oportunidad aprovechada para mejorar mi técnica. 

miércoles, 4 de enero de 2017

Tres meses en el equipo femenino

Creo que en este primer trimestre de rugby no he mejorado lo suficiente. La sensación de hacer un esfuerzo físico que merece la pena me ayuda a sentirme bien, pero creo que este equipo es menos exigente (en parte porque hay muchas jugadoras nuevas). Aun así tengo la sensación de estar cada vez más integrada en el equipo.
Y también estoy  cada vez más contenta con este deporte. Cuando tengo oportunidad, me uno al entrenamiento del viernes en Soto. El ambiente es magnífico y los antiguos compañeros se alegran de que venga. Puedo elegir entre el sub 18, el sub 16 y el senior, cada uno de los equipos tiene sus características, pero en los tres me integro bien.
Lo que echo de menos es la posibilidad de jugar en una liga, o al menos en algún torneo. Sólo entrenar a veces da la sensación de estar estancándonos, creo que hay otras personas del equipo femenino que piensan lo mismo que yo. El reto para este trimestre sería jugar algún torneo que nos permita ver en qué nivel estamos.

Mi mejor aprendizaje es que siento que voy mejorando con el entrenamiento regular. También voy entendiendo mejor las posiciones de juego, y cómo puedo contribuir desde la que tengo.