Era Martes 27 de Marzo de 2012. Mi programación del día siguiente era ésta: a las ocho y media tenía que ir al Instituto, a las nueve saldría de éste con toda mi clase de primero de E.S.O para subir un trozo de la Cuerda Larga , una cordillera del norte de Madrid entre Miraflores y Rascafría. Desde la Najarra iríamos hasta Bailanderos y desde allí bajaríamos hasta llegar al autobús. A todo esto, sólo sería la una y cuarto. Al llegar al instituto (sobre las dos) llegaría el momento infernal: la tutora nos daría las notas.
Sabía que las notas ese trimestre habían bajado, muchos profesores nos lo comentaron y a mí no me hacía ni pizca de gracia (obviamente).
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