Uno de los ejercicios que más me gustan, que
hacemos desde hace años con mi profesora, Patricia, es improvisar sobre las
obras que estamos aprendiendo. Es muy divertido y salen frases inesperadas y
muy chulas. Lo más importante es no perder el hilo de los acordes o melodías
sobre las que estás trabajando, porque son la base. Para que suene bien, hay
que entender la música, al menos los acordes principales de la partitura de la
que viene. Hace falta mucha concentración. Si pierdes ese hilo, se pierde todo.
Nos hemos propuesto grabar las
improvisaciones para ver si podemos utilizar alguna frase y componer una
canción, o una obra, partiendo de ellas.
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