Cuando tenía aproximadamente once años vinieron un día en la clase de educación fisica unos jugadores de rugby que nos enseñaron qué era este deporte y nos invitaron a jugar en el equipo que querían formar en Soto del Real. A mi hermano y a mi nos gustó y decidimos apuntarnos. Poco a poco fui aprendiendo cada vez más sobre este deporte y con el paso del tiempo empezaron a llegar chicas gracias a las cuales pudimos hacer un equipo femenino. Cuando ya estaba en segundo de la E.S.O. el equipo empezó a desvanecerse y mi motivación se vio perjudicada, empecé a faltar a los entrenamientos y en tercro lo dejé por completo.
Hace tres semanas que mi hermano me convenció para ir a un entrenamiento. Yo ya echaba de menos jugar pero tenia miedo de volver porque sabía que no sería lo mismo. Sin embargo, aun entrenando solo con chicos, la experiencia me atrapó por completo y desde entonces practico este deporte. Aún estoy un poco verde con eso de que se me han olvidado las posiciones de los jugadores y las jugadas pero pronto volveré a jugar tan bien como antes (y quién sabe si incluso mejor).
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