El 17 de octubre de 2015 (dos días después de mi cumpleaños) jugué mi primer partido en el que el equipo tuvo que desplazarse hasta Getafe para jugar contra el equipo sub 16 de allí. Yo, como parte de mi equipo que soy, también fuí. Éramos dieciséis jugadores (de los cuales sólo dos chicas, mientras en Getafe eran cuatro), por lo que uno debía estar en el banquillo. Al ser mi primer partido esa fue la posición que me tocó durante la primera mitad del tiempo, en la que pude fijarme en cada una de las posiciones y sus funciones dentro del equipo.
Al llegar el descanso teníamos un lesionado de tobillo y solo catorce jugadores en el campo. A pesar de eso no me metieron a jugar para que fueramos quince sino que el entrenador me cambió por otro jugador al que no recuerdo exactamente qué le sucedía. La segunda mitad del tiempo pude poner en práctica las cosas que en la primera mitad había analizado que debía hacer en cada momento. Aún así mi función no fue difícil ya que estaba de ala y el chico que tenía la misma posición que yo en el otro equipo apenas tocó al balón. Reconozco que a pude hacer más cosas y mejores, ya que una de las veces tuve el balón muy cerca de la línea de ensayo y podía haber avanzado más para que aunque me placaran mi equipo estuviera más cerca de marcar los puntos. A pesar de eso me sentí bien al terminar el partido porque algunos compañeros estaban contentos con mi trabajo y me felicitaron.
domingo, 25 de octubre de 2015
jueves, 22 de octubre de 2015
DEPORTE. Tenis C.T. Soto del Real
Mi objetivo es mantener suficientes
actividades deportivas para estar en buena forma y compensar con actividad
física adecuada, unos tres días a la semana, todo el tiempo que estaré sentada
en clase y estudiando.
Aunque llevo muchos años practicando tenis,
este año tengo que bajar mis expectativas. Me coinciden algunas actividades, y
sólo puedo hacer un día a la semana. Dentro de esas limitaciones, creo que lo
más importante es tratar de hacer el esfuerzo y acudir siempre que tenga
oportunidad. Y no ponerme nerviosa si mi rendimiento se estanca, porque es
normal: los compañeros de mi nivel van a tener al menos el doble de clases, y
podrán apuntarse a los torneos.
Yo este año sólo aspiro a mantener una
actividad deportiva alternativa al rugby: un deporte de equipo y otro
individual. Afortunadamente, mi entrenador, Javier, entiende que no podré hacer
más, y me va a dar todas las facilidades.
domingo, 11 de octubre de 2015
Recogida de alimentos para Siria
El sábado 3 de octubre se organizó en Colmenar Viejo una campaña humanitaria de ayuda a Siria con el objetivo de recoger alimentos para los refugiados sirios. La campaña se organizó en diferentes supermercados en los que voluntarios como yo informábamos a las personas que iban a comprar de nuestra campaña y organizábamos los alimentos donados.
La experiencia fue increíble y muy diferente a cualquier otra que haya vivido. Me di cuenta de la cantidad de personas que se preocupan por las situaciones difíciles de otras independientemente de lo bien que estén las suyas propias. Pero también pude ver que hay gente que se desentiende de estos problemas tan importantes de solucionar, sin ser capaces de empatizar con las familias que lo están pasando mal.
Hubo muchas reacciones diferentes a la hora de intentar hablar con las personas que entraban en el supermercado. Algunas pasaban olímpicamente de tí, como si no existieras, otras, en cambio, te escuchaban atentamente para luego colaborar con la campaña o para no colaborar pero por lo menos hacerte sentirte escuchado.
Hubo momentos en los que pasé verdadera lástima, por ejemplo, hubo un hombre que cuando le contamos nuestro propósito nos dijo "esque estoy muy mal", pero a la salida nos donó un paquete de macarrones. Otra señora pudo donarnos apenas una lata de garbanzos porque estaba "ayudando a uno de sus tres hijos". Hubo también un anciano que al contarle nuestros objetivos, pidiéndole que donara una lata nos respondió "pa' mi la quisiere". Pero la que peor me sentó de todas aquellas respuestas fue la de una señora bien vestida que nos dijo "yo no ayudo a los sirios". Esa fue la peor respuesta de todas. El día que en España pasemos hambre esa mujer no se acordará de los sirios, se acordará de cuando su ego le impedía compartir todos los medios que tenía de los que en ese momento no podrá disponer. Y no habrá sirios que, acomodados en otras partes de Europa, la ayuden.
La experiencia fue increíble y muy diferente a cualquier otra que haya vivido. Me di cuenta de la cantidad de personas que se preocupan por las situaciones difíciles de otras independientemente de lo bien que estén las suyas propias. Pero también pude ver que hay gente que se desentiende de estos problemas tan importantes de solucionar, sin ser capaces de empatizar con las familias que lo están pasando mal.
Hubo muchas reacciones diferentes a la hora de intentar hablar con las personas que entraban en el supermercado. Algunas pasaban olímpicamente de tí, como si no existieras, otras, en cambio, te escuchaban atentamente para luego colaborar con la campaña o para no colaborar pero por lo menos hacerte sentirte escuchado.
Hubo momentos en los que pasé verdadera lástima, por ejemplo, hubo un hombre que cuando le contamos nuestro propósito nos dijo "esque estoy muy mal", pero a la salida nos donó un paquete de macarrones. Otra señora pudo donarnos apenas una lata de garbanzos porque estaba "ayudando a uno de sus tres hijos". Hubo también un anciano que al contarle nuestros objetivos, pidiéndole que donara una lata nos respondió "pa' mi la quisiere". Pero la que peor me sentó de todas aquellas respuestas fue la de una señora bien vestida que nos dijo "yo no ayudo a los sirios". Esa fue la peor respuesta de todas. El día que en España pasemos hambre esa mujer no se acordará de los sirios, se acordará de cuando su ego le impedía compartir todos los medios que tenía de los que en ese momento no podrá disponer. Y no habrá sirios que, acomodados en otras partes de Europa, la ayuden.
jueves, 8 de octubre de 2015
SERVICIO. IES Rosa Chacel. Gran recogida de alimentos.
Participo con dos compañeras, durante toda
la jornada del sábado, en un supermercado DIA de Colmenar Viejo. Es estupendo
saber que otras compañeras y compañeros lo están haciendo a la vez en otros
lugares, junto con personas que simplemente son voluntarias para esto.
Esta actividad me requiere un esfuerzo
especial. En algunos momentos me resulta difícil abordar a personas que no
conozco de nada, pero a medida que lo voy haciendo, veo que la respuesta suele
ser bastante buena, y el hecho de ir identificados y que haya habido mucha
publicidad sobre la jornada nos ayuda a que no sea algo tan personal sino parte
de una gran organización.
Algunas personas no pueden colaborar porque
su situación es francamente difícil. Otras colaboran aunque no les sobra nada.
En este supermercado, de precios económicos, las personas no son ricas. Siento
admiración por estas personas que hacen un esfuerzo y piensan en quienes están
peor.
Me gusta mucho la sensación de que tenemos un
objetivo común, y de que podemos ayudar a muchas personas a vivir mejor. A
veces las tenemos alrededor pero no nos damos cuenta.
jueves, 1 de octubre de 2015
Reencuentro con un viejo amigo
Cuando tenía aproximadamente once años vinieron un día en la clase de educación fisica unos jugadores de rugby que nos enseñaron qué era este deporte y nos invitaron a jugar en el equipo que querían formar en Soto del Real. A mi hermano y a mi nos gustó y decidimos apuntarnos. Poco a poco fui aprendiendo cada vez más sobre este deporte y con el paso del tiempo empezaron a llegar chicas gracias a las cuales pudimos hacer un equipo femenino. Cuando ya estaba en segundo de la E.S.O. el equipo empezó a desvanecerse y mi motivación se vio perjudicada, empecé a faltar a los entrenamientos y en tercro lo dejé por completo.
Hace tres semanas que mi hermano me convenció para ir a un entrenamiento. Yo ya echaba de menos jugar pero tenia miedo de volver porque sabía que no sería lo mismo. Sin embargo, aun entrenando solo con chicos, la experiencia me atrapó por completo y desde entonces practico este deporte. Aún estoy un poco verde con eso de que se me han olvidado las posiciones de los jugadores y las jugadas pero pronto volveré a jugar tan bien como antes (y quién sabe si incluso mejor).
Hace tres semanas que mi hermano me convenció para ir a un entrenamiento. Yo ya echaba de menos jugar pero tenia miedo de volver porque sabía que no sería lo mismo. Sin embargo, aun entrenando solo con chicos, la experiencia me atrapó por completo y desde entonces practico este deporte. Aún estoy un poco verde con eso de que se me han olvidado las posiciones de los jugadores y las jugadas pero pronto volveré a jugar tan bien como antes (y quién sabe si incluso mejor).
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