Mostrando entradas con la etiqueta música. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta música. Mostrar todas las entradas

miércoles, 6 de julio de 2016

Fin de curso, despedida musical

Estamos terminando el curso y creo que vamos a tener que dejarlo el año que viene. Nuestra profesora, Patricia, que ha sido estupenda a lo largo de muchos años, inicia una nueva carrera en la dirección de óperas antiguas. Rescata partituras desconocidas y las recompone escénica y musicalmente. Estrena a final de curso, pero tiene nuevas posibilidades para el año próximo y no puede dedicar tanto tiempo a las clases. Podríamos empezar con otra profesora, pero va a ser un año difícil.
La amiga que viene con nosotros a clase está muy agobiada con los exámenes, y no puede seguir. Mi hermano estará fuera el año próximo, y yo no podré dedicar tanto tiempo en segundo de bachillerato.

Espero seguir disfrutando del piano, y de la música en general, y volver a incorporarme a las clases cuando no esté tan cargada de trabajo. La música me aporta mucho, me ayuda a sentirme mejor, tanto escuchándola como practicándola.  Y el curso que viene echaré de menos a Patricia, con la que tanto he aprendido y también he disfrutado.

lunes, 27 de junio de 2016

Un año de música

Me gusta mucho tocar el piano, me gusta la música en general y cuando puedo aprendo un poco de flauta travesera, o de guitarra. Desde primaria, en la escuela de música de  mi pueblo, o en casa, al menos tengo un día de música a la semana. He cantado en el coro del Instituto de Soto, y hemos ido a algún festival. También disfruto mucho tocando a mi aire el repertorio que me enseña mi profesora, Patricia. Si tengo unos minutos antes de salir por la mañana, toco un rato el piano y me siento con más ánimo y fuerza para el día. También paro algún rato cuando estoy estudiando en casa y veo que me atasco o no me cunde.
Este año he empezado a practicar una obra que me gusta mucho. Es Una Mattina, de Ludovico Einaudi. Me gustó mucho la película Intocable, en la que forma parte de la banda sonora original. Pensaba que esta obra sería demasiado difícil, pero he ido mejorando semana a semana, y ahora creo que ya he superado muchos de los defectos o errores que solía cometer al principio, y ya suena más parecida a lo que podemos escuchar en las grabaciones.

Sobre todo, ahora ya no me da miedo tocarla y me ayuda mucho a concentrarme y relajarme. Disfruto mucho cuando me sale bien, y no me importa dedicarle más tiempo si alguna parte no me sale bien. No me cansa.

martes, 26 de abril de 2016

Improvisación al piano

Uno de los ejercicios que más me gustan, que hacemos desde hace años con mi profesora, Patricia, es improvisar sobre las obras que estamos aprendiendo. Es muy divertido y salen frases inesperadas y muy chulas. Lo más importante es no perder el hilo de los acordes o melodías sobre las que estás trabajando, porque son la base. Para que suene bien, hay que entender la música, al menos los acordes principales de la partitura de la que viene. Hace falta mucha concentración. Si pierdes ese hilo, se pierde todo.

Nos hemos propuesto grabar las improvisaciones para ver si podemos utilizar alguna frase y componer una canción, o una obra, partiendo de ellas.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Música: una composición familiar

Estoy preparando junto con mi hermana una obra muy especial a cuatro manos. Se llama Itxasokoa, y es una obra de mi tío abuelo paterno, Antonio Gonzalo, el hermano de mi Aitona Javier, que era médico y además un gran músico, compositor e intérprete. Hay varias partituras de él publicadas en los años 50 y 60. Toda esa parte de mi familia, los Gonzalo, tienen una gran tradición musical, y hay varios que tocan el piano o el órgano, y todos cantan muy bien.
Itxasokoa es una obra que habla del mar. La familia vivía en San Sebastián, y la anterior generación trabajaba en relación con los barcos que llegaban al puerto, así que no es una visión idílica del mar, sino que habla al mismo tiempo de la belleza y de la dureza y el sufrimiento del mar. La familia de los marineros sabe que siempre puede haber un accidente o una galerna, y muchas personas de San Sebastián han muerto por ello. También hay una parte que representa la dureza del trabajo en el mar: se madruga mucho, se pasa frío, el resultado en la pesca no está asegurado, depende de la suerte. En Itxasokoa, una de las personas que la tocan hacen un fondo que se parece a las olas del mar, y la otra se ocupa de la melodía. Tiene letra y se puede cantar en euskera, aunque nosotras sólo la tocamos, pero para interpretarla es importante entender la letra.
Además de que es muy bonita por sí misma, esta obra es muy importante en nuestra familia. Se interpreta al órgano en las celebraciones familiares, como las bodas o funerales, y tiene diferente significado según el momento.
Es bastante difícil de tocar, quizá sería para un nivel superior al que tenemos, pero como estamos muy motivadas y a mi profesora, Patricia, le parece muy buena, nos ha adaptado la transcripción para que podamos tocarla cada una con su nivel sin que pierda fuerza.
También es muy agradable tocar a cuatro manos, aunque tengamos momentos de desesperación cuando una lo hace bien y la otra se atasca. Lo hacía con una amiga hace años, y tiene algo de reto compartido. Exige trabajar en equipo y tener paciencia con la otra persona, porque si no, se pone nerviosa y todo empeora.

Cuando sale bien, produce mucha satisfacción.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Back to the roots



Desde hace un tiempo toco una canción en el piano con mi hermana, y no es una canción cualquiera. Puedo decir que es una de las más importantes y bonitas para mí, entre otras cosas porque la compuso mi tío abuelo Antonio Gonzalo en 1952. El nombre es "Itxasokoa", que significa "canción del mar" en vascuence. Me gusta por la melodía, pero también porque cuando la empecé a tocar fue como acompañamiento para mi hermana, que era un poco pequeña y no podía tocar todo lo de la partitura a la vez. También me gusta porque cuando la toco me imagino como era la vida en la época en la que se compuso, me imagino a mi padre escuchándola cuando era pequeño, disfrutando de la oportunidad de conocer las notas tocadas por el compositor, que seguramente sea el único que pueda tocar las canciones con el sentimiento que se merecen. Me gusta también porque representa de dónde viene una parte de mi familia, y me hace acordarme de la suerte que tengo de poder volver cuando quiera a mis raíces. Me gusta porque es la canción de una familia, mi familia.