sábado, 24 de marzo de 2012

Leer sin leer

Hace dos veranos, el año del Mundial, mi prima Nadia se quedó con nosotros unos días mientras sus padres estaban de viaje. Nadia entonces sólo tenía dos años, y yo le contaba muchos cuentos. Después ella los cogía, abría el libro, iba pasando las páginas y decía lo que ponía en cada una al pie de la letra, sin saberlo leer. Lo leía con la misma entonación que yo. ¡Impresionante lo que hacen la memoria y el interés! Éste era su libro preferido, con razón, porque estaba en casa de su prima (yo): 






Mi madre dice que cuando yo era pequeña (cuando tenía un año) tenía un libro favorito: "El patito feo". A todo el mundo que venía a mi casa le pedía que me lo leyera. Mi hermano, que tenía 3 años, se acabó aprendiendo el cuento de memoria. 


No quiero ser Supernanny, pero los padres y las madres ¡debéis leer más a los niños!

1 comentario:

  1. Qué simpáticas anécdotas. Es verdad: tenemos que leer más a los bebés, y ponerles menos pelis, desde luego!

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