jueves, 26 de enero de 2017

Torneos femeninos, una nueva experiencia

Por fin empezamos a jugar de verdad, y enfrentarnos a otros equipos. Me gusta mucho la costumbre de que, cuando un equipo es más débil que otro, o no tiene suficientes jugadoras, el equipo más potente le presta jugadoras, para que el torneo se pueda desarrollar.

En el torneo de la Autónoma no ha podido venir la compañera que suele tirar las patadas, y me han pedido que lo haga yo. Me gusta que cuenten conmigo para esto. Pero me he sentido un desastre, porque algunas de las patadas se tienen que hacer en movimiento, botando el balón que por su peculiar forma, bota muy raro. Así que en el primer rato libre me he ido a un campo cerca de casa a practicar patadas. La próxima vez lo haré mejor, ya que se mejora mucho con la práctica.

La investigación de matemáticas del BI la estoy haciendo sobre las patadas de rugby en las olimpiadas de Río. Analizo las patadas de los equipos del torneo femenino. Con eso también puedo aprender mucho sobre las patadas de transformación: lo que va indicando la investigación es que tiene mucha relación con el ángulo desde el que se tira, además de la potencia.


Jugamos otro torneo en la Complutense, en el campo que llaman Central. Esta vez era un torneo más pequeño (sólo tres equipos) y algunos equipos no tenían suficientes jugadoras. Yo me he prestado a otro equipo y de esa forma he jugado más y aprendido a jugar mejor a seven, que es la modalidad que jugamos cuando no somos suficientes (se juega con la mitad de jugadoras que el rugby XV). Creo que ha sido una buena oportunidad aprovechada para mejorar mi técnica. 

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